Introducción
Cada persona que se acerca a una constelación trae consigo una historia.
Algunas están llenas de preguntas. Otras, de silencios.
Pero todas comparten un anhelo profundo: comprender, sanar, reconciliarse.
Las Constelaciones Familiares no prometen milagros.
Lo que sí ofrecen es una mirada más amplia.
Una imagen nueva que permite ver, honrar y soltar.
Aquí comparto algunos testimonios reales.
Quizás, entre ellos, encuentres un eco de tu propia historia.
La fuerza de nuestras raíces
«Durante mucho tiempo sentí que estaba sola. Al constelar, comprendí que mis raíces son profundas y hay una fuerza que me sostiene. No estoy sola, nunca lo estuve.»
Del juicio a la comprensión
«Toda mi vida juzgué a mis padres. Hoy los veo con otros ojos: hicieron lo que pudieron, con lo que sabían. Y eso me ha dado paz.»
Encontrar mi lugar
«Sentía que no encajaba. En la constelación vi que ocupaba un lugar que no me correspondía. Ahora sé dónde estoy, y desde ahí puedo caminar.»
Soltar el peso del pasado
«Cargaba una tristeza que no entendía. Comprendí que era un dolor que no me pertenecía. Hoy lo honro y sigo más liviana.»
El amor como camino de sanación
«No se trata de olvidar lo que pasó. Se trata de mirar con amor, aceptar y tomar la vida como viene. Eso me ha transformado.»
Un espacio para ti
Cada proceso es único.
Cada paso, sagrado.
Este es un camino de respeto, de escucha, de amor por la vida tal como es.
Si sientes el llamado a mirar tu historia con nuevos ojos,
estoy aquí para acompañarte.